Hace mucho tiempo convivía mucho con mi sobrino, el hijo de mi hermana, y una de tantas veces que salimos juntos, no sé por qué motivo empezamos a hablar de cuando uno se muere, y acordamos que cualquiera de los dos que muriera primero iba a venir a decirle al otro cómo era el más allá.
Como dos años después, mi sobrino falleció pero nunca vino a decirme nada; hasta que una vez tuve un sueño que a veces dudo si lo fue porque yo juraría que estaba despierta… Recuerdo muy bien esa madrugada… me desperté porque mi hija -la más chica- tenía la costumbre de levantarse de su cama e irse a la mía y cuando sentía que estaba sentada en el borde de mi cama (como siempre) la abrazaba y la acostaba a mi lado; pero esa madrugada sentí que se sentó en mi cama y al tratar de tocarla para acostarla como lo hacía siempre… no había nadie, y volví a intentar y tampoco encontré a nadie pero me contestó una voz... ¡LA VOZ DE MI SOBRINO! Me dijo:
– Soy yo, tía, nada más vine a decirle por qué me morí, por esto, mire- y me extendió su mano mostrándome un amuleto.
Yo desconocía que él utilizara ese tipo de cosas, por lo que esperé a que amaneciera para buscar a la que había sido su esposa y preguntarle si alguna vez él había usado un amuleto y de dónde lo había obtenido. Me sorprendí cuando hablé con ella porque me dijo que sí lo usaba, que de hecho lo llevaba siempre por dentro de la camisa y que su mamá se lo había dado.
Entonces solicité mis vacaciones en la oficina donde actualmente trabajo, pues quería investigar de dónde lo había obtenido ella, y me fui a Chiapas, Mexico, de donde soy originaria y en donde viven mis familiares, y al llegar otra de mis hermanas me platicó que la mamá de mi sobrino (mi hermana) consultó a una “bruja” para pedirle que le ayudara, que ella quería que le fuera bien a su hijo, que se regresara a nuestro lugar de origen, y a su esposa que la dejara y que jamás se volviera a subir a la camioneta de su hijo; a lo que la bruja le dio el amuleto y le dijo que se lo pusiera a lado del corazón y que no se le notara. Para esto él se compró camisas con bolsas y así poder traer (llevar) el amuleto sin que se dieran cuenta y para que su esposa ya no se volviera a subir a la camioneta le dio un spray que se lo tenía que rociar alrededor y por dentro del vehículo y así lo hizo sin que se dieran cuenta ellos.
Todo lo que le pidió a la "bruja" se le concedió, no como ella quería, pero se lo concedió: como a los quince días que mi sobrino regresó de un viaje un amigo le pidió prestada la camioneta y no se la regresó, así se le concedió el primer deseo, ya no se volvió a subir su esposa a la camioneta (pues se la robaron). Y la segunda petición también se le concedió: su hijo se enfermó y lo tuvieron que llevar a Chiapas Mex., estuvo así como 4 meses y después falleció y así no volvió a irse a ninguna parte como ella quería.
Por eso hay que saber pedir lo que uno necesita, pues sí se concede pero no como tú quisieras. Tampoco tenemos que visitar a brujas o hechiceras, solo pídele a DIOS con todo tu corazón y toda tu fe y se te concederá…
No hay comentarios:
Publicar un comentario