La Casa Embrujada
Extraños Visitantes
Escrita por Pilar M.
Cuando me casé, mi marido trabajaba los sábados por la mañana pero yo no. Solía despertarme a medias cuando se iba y volvía a dormirme de inmediato... Durante un tiempo me ocurrió algo especial: Semana tras semana, casi sin interrupción, le oía regresar en busca de alguna cosa que había olvidado... Con toda claridad, percibía el sonido de la llave en la puerta, el cling-cling de una campanita colgante situada a la entrada, notaba sus pasos por el piso hasta llegar a la habitación, el ruido que hacía al revolver algo, hasta notaba su presencia en forma de olor... Yo deseaba abrir los ojos y hablarle pero ambas acciones me resultaban imposibles, pese a hallarme plenamente consciente. Mi cuerpo no obedecía mis órdenes y lo cierto es que esa circunstancia me producía una angustia intensísima porque yo quería ver qué pasaba, preguntar, decirle un nuevo "hasta luego" o confirmar si habíamos quedado en algún sitio para comer...
Finalmente, los sonidos se repetían pero al revés: pasos que se alejan, la campanilla de la puerta, la llave al abrir y cerrar y hasta el ruido del ascensor...
Un día se me ocurrió preguntarle a mi marido qué "diablos" olvidaba cada sábado para tener que volver a casa un minuto después de marchar. Su respuesta fue: ¡NO LO HE HECHO NUNCA! A partir de ese momento decidí que algún ser o seres elementales, también conocidos como "bajos astrales", se estaban divirtiendo a mi costa y decidí esperar la próxima jugarreta...
En ese estado, plenamente consciente, como he puntado, aunque sin el control de mi cuerpo (no podía hablar ni abrir los ojos) se produjo una nueva experiencia. Traté de relajarme y pensar con claridad y determinación. Sabía que las percepciones que llegaban a mis sentidos eran falsas o, en todo caso, no era mi marido el que había regresado a casa. Mentalmente, ordené a esos seres, a los que taché de elementales, que me dejaran en paz y los envié a..... LA EXPERIENCIA JAMÁS SE REPITIÓ.
Un ser sentado en mi cama
Cosas que pasan en casa de mi Abuela
La bebé que deseó la bruja
Con este asunto de las brujas que últimamente se ha dado aquí en Nuevo León, primero con la de Santa Catarina que vió un policía cerca de un cementerio (creo que así iba la noticia cuando la ví en tv este año que recién pasó, corríjanme sí me equivoco), y segundo con el rostro de bruja que salió en una fotografía tomada en China (en Nuevo León, claro) que recién pude ver ayer también en las noticias de la mañana, recordé un relato que mi madre me contaba mucho cuando era chico; actualmente casi tengo 21 años.
Bien, resulta que mi madre cuando tenía alrededor de 8 o 9 años de edad vivía en San Miguel de Allende, Guanajuato; en aquel entonces eran como los años 60´s y la urbanización no era aún muy notoria, y por ende algunos de los hermanos de mis abuelos maternos vivían en pequeñas localidades rurales, donde apenas la población quizás llegaba a no más de 200 o 300 personas, por eso en general casi todos se conocían, por así decirlo; las localidades en su mayoría estaban compuestas por gente de raza mestiza pero más que mestizos le tiraban a ser índigenas por el color de su piel (un color moreno muy fuerte), estatura baja y rasgos faciales característicos. A mi madre le encanta decir que son indios, pero eso lo dice en tono de cariño y no en tono racista. Aclaro para que después no haya discusiones al respecto jejeje.
Una de las hermanas de mi abuela, tía de mi mamá y tía abuela por mi parte, vivía en una de esas pequeñas comunidades; en aquel entonces era bastante común que se matrimoniasen únicamente gente de la misma raza, por lo cual mi tía abuela se casó con un hombre de su misma localidad, y como por aquel entonces también era costumbre, el hombre salía a trabajar mientras mi tía quedaba en su casa a la orden de las tareas del día y al cuidado de los niños.
En esa localidad además, la gente rumoreaba que había una bruja entre ellos, pero nadie le quería hacer frente porque le tenían temor a lo que les pudiese ocurrir, ya que esta señora supuestamente era practicante de magia negra.
Mi tía abuela tuvo muchos hijos, alrededor de ocho o diez, y todos varones, y obviamente, todos con los mismos rasgos faciales de su madre y su padre, estatura baja, morenos fuertes, etc., pero una vez tuvo un embarazo y cuál sería su sorpresa que este no era varón sino que era mujer, pero lo qué más le sorprendió no fue eso sino el hecho de que a diferencia de sus padres, sus hermanos y la demás gente de la comunidad, esta bebé era muy distinta, era de un color blanco rosadito, cabello rubio fino, tipo risitos..., bueno, absolutamente nada que ver con los demás. Cuando mi tío abuelo (el padre) y mi madre la vieron no lo podían creer ¿de dónde? y bueno, en forma sarcástica hice el comentario de que quizás algún gringo (americano) vivía en los alrededores y... bueno ya saben, pero ahí fue cuando mi madre me dijo que solo en esas comunidades vivía gente de una sola raza, eran aisladas del resto, y bueno, dije, quizás solo paso por ahí, pero también me dijo que mi tía no salía de casa y raramente del pueblo... En fin sea como sea el asunto era este.
Las demás personas no tardaron en dase cuenta del nuevo nacimiento, todos querían a la pequeña bebé por lo que contaba mi madre, a cada rato cariños le llegaban de todos lados sin cesar, todo parecía miel sobre ojuelas, pero la felicidad duró poco. Una noche cuando mi tía abuela y su esposo estaban en el comedor y la bebé en la cuna de un cuarto contiguo (la casa era muy pequeña), escucharon claramente como un pájaro estaba aleteando, los ruidos según le contaron a mi madre, parecían venir de la habitación de la bebé. No le dieron más importancia y siguieron cenando, pero de pronto escucharon los aleteos cada vez más fuertes y más cercanos y fue cuando la bebé se comenzó a poner muy inquieta y comenzó a llorar, y al momento que fue mi tía al cuarto a ver qué era lo que pasaba, encontró la ventana totalmente abierta y a la bebé llorando muy fuerte y pataleando con toda su fuerza, por lo cual esa noche mejor se la llevaron a dormir con ellos.
Lo primero que se les vino a la mente fue, obviamente en ese entonces, la bruja. Al día siguiente mi tía abuela iba en camino al mercado a comprar lo indispensable para la cena, y de camino se topó con una mujer que, cuando las vió a ella y a la niña, se acercó, sonrió en forma extraña y dijo:
- ¡Ay, miren qué bonita niña chiquita preciosa!- mientras le hacía cariños en los cachetes.
Después lo que le dijo la dejó muda:
- ¿Me la regalas? andalé tú para qué la quieres, ella no es prieta...
Y al momento mi tía le dijo que no, que no podía porque era su hija, y dicho esto, la mujer se fue y poco a poco se fue perdiendo de vista. Esa misma noche mi tía fue a acostar a la bebé temprano y a atender a mi tío abuelo que llegaba cansado de su larga jornada de trabajo. Esa noche estaban comentando del asunto ocurrido en el mercado y así el tiempo se les fue entre pláticas y pláticas hasta que casi dio la media noche, y, cuando los dos ya se iban a dormir escucharon que la bebé de nuevo empezó a llorar muy fuerte y a gritar, y alborotados y asustados fueron hasta su cuarto.
De igual forma vieron la ventana abierta pero esta vez la bebé había dejado de llorar, pensaron que todo estaba bien y, al momento en que fueron para arroparla cuál sería su sorpresa y su tristeza que comprobaron que estaba muerta. Nadie supo explicar su muerte hasta ahora, y sigue siendo misteriosa, ya que por lo que cuenta su salud era excelente.
Por el momento es todo lo que relato, en otras experiencias que envíe les relataré cuando mi padre vió a la Llorona o la creyó haber visto, cómo mi abuelo vió al descabezado en Comonfort y de cómo una noche me nalguearon :-S sí palabra, Cuídense!
Amigos Imaginarios
No sé cómo clasificar mis experiencias. Pero la verdad es que son diferentes e incontables. Desde pequeña he experimentado cosas muy extrañas, mi mamá dice que yo tenía amigos imaginarios de niña, aunque con el tiempo me he dado cuenta de que no eran solo amigos imaginarios. Nunca me siento sola, siempre siento como si alguien me observara o simplemente estuviera en la misma habitación que yo, o en el marco de la puerta de mi habitación.
Muy a menudo tengo a los que llaman "déjà-vu" y algunas veces sé las cosas antes de que pasen... a veces mi propia familia se ríe diciéndome que parezco bruja. Quizás por estos comentarios es que comencé a incursionarme en los temas esotéricos los cuales solamente han logrado aumentar la intensidad de mis experiencias.
Con anterioridad yo vivía en una casa antigua, en la que mi amiga imaginaria era Sara. Me cambié muy pequeña de casa, e inmediatamente dejé de verla o escucharla. Porque algunas veces no solo la veía, a veces solo la escuchaba. Nunca la he podido sacar de mi cabeza. Sueño con ella a menudo y muchas veces, en ellos, me dice que me extraña y que no puede encontrarme.
Por alguna razón siempre he presenciado las muertes de los cercanos de mi familia, y cuando no las he presenciado las he presentido. Algunas veces cuando me encuentro sola en mi habitación suelo escuchar voces que susurran a mi oído, casi siempre es la voz de una mujer; o sino siento como si alguien me observa o está sentado a mi lado, de hecho en este momento lo estoy sintiendo... siempre siento que alguien está conmigo...
Si deseas te cuento tres de esas experiencias con estas presencias. Desde que tengo memoria me han encantado los libros, escribir poemas e historias. Hace un par de años me encontraba sola en mi casa, y encerrada en mi habitación, era de noche, y me había encerrado precisamente por que me aterroriza la soledad. Pero como te decía, estaba yo leyendo tranquilamente y sentí como si alguien respiraba sobre mi oído, no sé por qué... pero mi primera reacción fue sonreír y volteé, pero no había nadie... continué sintiendo las respiraciones en mi oído hasta que el sueño me venció y me tuve que ir a la cama.
Me dormí... pero entrada ya la noche, escuché como si alguien me decía "Marta Olivia... ¿ya te dormiste?", yo solamente me acomodé y respondí "no..." y luego escuché de nuevo el susurro "pues despiértate". Inmediatamente me desperté y minutos después, mi teléfono que se encontraba en vibrador comenzó a sonar, era mi mamá avisándome que mi prima recién había tenido un accidente.
Déjame decirte que mi padre falleció cuando yo solamente tenía 10 años, lo amaba mucho, más que a nadie este mundo. Lo extraño es que es la única muerte de mi familia que no he presentido y no pude despedirme de él. Muy a menudo lo sueño pero una vez en especial fue hace un año, fue el sueño más extraño. Recuerdo que por esas épocas lo había estado extrañando más de lo normal, porque estaba enferma y cuando enfermaba solo él lograba hacerme sentir bien. Era ya muy tarde de noche y estaba encerrada en mi habitación como siempre, con el cerrojo puesto por dentro. En el sueño, él me decía que no temiera, que siempre estaba conmigo y que cualquier cosa que necesitara él me daría; en el sueño yo le decía que tenía sed, pero mi botella de agua ya estaba vacía y no quería bajar a la cocina porque hacía demasiado frío, él sólo me dijo que no me preocupara, que él me la traería pero que ahora tenía que despertar. ¡Cuando desperté, había un vaso con agua en mi mesa de noche!.
Las cosas que me han pasado de este estilo son incontables, desde chica las he tenido y nada de estas cosas que me suceden me atemorizan, es lo más extraño del caso...
Vivas de Milagro
Hace como unos 8 años, estaba dormida en mi cama, la cual da de frente a la puerta del baño. A mi lado está un buró y después la cama de mi hermana. Ella tenía la costumbre de levantarse por las noches a tomar agua del lavabo del baño, y prendía la luz que me daba en toda la cara.
Un día un tío nos regaló un abanico* el cual una noche prendimos. De repente veo que se prende la luz del baño y veo que es mi hermana, me vuelvo a acostar y me volteo hacia donde veía la cama de mi hermana ¡¡y resulta que ella estaba en la cama dormida!!
O sea que nadie estaba en el baño y la luz estaba apagada, así que me levanté rápidamente y me di cuenta de que el abanico tenía un corto y le estaban saltando chispas por todos lados. De no haberme despertado mi hermana y yo hoy no estaríamos vivas.
Gracias.
El abuelo visitó a las pequeñas
Llevo unos días leyendo las experiencias que han tenido otras personas y la verdad, no creí que le sucedieran a tanta gente. Lo que te voy a contar, pasó hace muchísimos años, al menos 19 años, sucedió cuando yo contaba con 8 o 9 años y actualmente tengo 27. Te pongo un poco en antecedentes:
Para empezar soy la pequeña de 4 hermanos y el de menos edad me lleva 16 años y el mayor me lleva unos 19, vamos que vine de rebote al mundo, en fin, que mis primos también son de la quinta de mis hermanos, así que cuando nací era el juguete de toda la familia, y en especial de mis abuelos, aunque uno solo me pudo disfrutar unos meses :-(. Siempre que pienso en mi abuelo paterno, me acuerdo de los largos paseos que hacíamos por el paseo marítimo y por el muelle viendo las barquitas y buscando lagartijas de colores debajo de las piedras jajaja, la verdad es que lo quería muchísimo y siempre andaba con él por todas partes. Él fue quien me aficionó a los caballos, incluso me llevó a las carreras de galgos, donde todos esos perros corren tras el conejito y claro está, la gente hace sus apuestas. Incluso cuando íbamos en coche nos inventábamos canciones y teníamos a mi abuela amargada. Pero... cuando yo contaba con la edad de 8 años, en un mes de septiembre, falleció.
Recuerdo que ese día mis padres y mis hermanos me dejaron durmiendo en casa y cuando desperté estaba mi vecina conmigo que me preparaba para llevarme al cole. Ese mediodía me recogieron unos familiares y me llevaron a casa de mi tía abuela (hermana de mi abuelo) y allí, así como pudo, me dijo que mi abuelo se había ido al cielo con los angelitos a descansar. En aquel momento le dije "Vale", como si nada. Creo que no asimilé lo que era la muerte ni el significado de ello, vamos tenía la idea de que cuando fuera a casa vería a mi abuelo como siempre esperándome, pero no fue así.
Esa misma tarde me llevaron a casa de mi abuela y estaba toda la familia menos él, todos con caras amargas y tristes, aún así me quedé igual. Llego el día del funeral y recuerdo que me llevaron pero fui incapaz de soltar una lágrima, aún no creía que no fuera a verlo, como si me diera igual lo que me decía la gente.
Al cabo de los días de no verlo entendí que nunca más le volvería a ver, y allí exploté a llorar y llorar, sin consuelo. Mi madre ya no sabía qué decirme ni qué hacer. Le cogí pánico a la muerte, solo lloraba y cuando mis hermanos me encontraban llorando en el sofá y me preguntaban yo les decía que no me quería morir ni que se muriera nadie más.
Mi madre le hizo el comentario a mi abuela (la viuda) de lo que me pasaba, y entonces mi abuela le contó a mi madre que la mañana anterior una de mis primas fue a preguntarle si mi abuelo sería capaz de hacerle daño a su hija; mi abuela asombrada le contestó que no, que mi abuelo sentía devoción hacia sus nietos y bisnietos. Le preguntó el por qué de la pregunta y Marga le dijo que vio a mi abuelo a los pies de la cuna de su hija pequeña; se asustó mucho, cogió a la niña y salió de la habitación.
Algo similar le ocurrió días después a otra prima, su hija de 4 años le decía que el abuelo bisabuelo iba a verla por las noches y hablaba con ella, le preguntaba si estaban todos bien... Una mañana la madre oyó llorar y hablar a la hija y cuál fue su sorpresa al entrar en la habitación... dice que sentado en la cama estaba nuestro abuelo y cuando se percató de ella, la miró, le sonrió y se desvaneció, dejando huella en la colcha.
La conclusión de mi abuela, fue que como no se había podido despedir de los miembros más jóvenes en vida, lo hacía en muerte. No sé si a mí me vino a visitar o no, pero en ese momento deseé que no lo hiciera mientras yo estuviera despierta, me acosté aterrada durante semanas, por miedo a que mi abuelo al que tanto quería se me apareciera, y ahora.... me arrepiento de no haberme despedido de él y decirle lo mucho que le iba añorar.
Sé que mi historia no tiene nada de terror, aunque no creo que las apariciones fueran imaginaciones de mis primas, dudo mucho que una nena de cuatro años se sugestione tanto como para imaginarse a mi abuelo hablando con ella. Desde entonces me asusta este futuro llamada muerte, que nadie conoce lo que es!!
Siento haberme extendido tanto pero me emocioné y no pude dejar de escribir y la verdad que me sentó bien. Otro día te comentaré un tema que ya me ha sucedido dos veces, la primera vez me asusté y la segunda no tanto y no sé que será. Un saludo y gracias por tu tiempo.
La enterramos con el Collar
Mi nombre es Eduardo y vivo en Lima. Tengo 22 años pero todo lo que te contaré me sucedió hace muchos años, cuando tenía 11.
Estaba toda mi familia en el cumpleaños de una tía mía por parte de padre, mi madre lucía un bellísimo collar, carísimo, algo grande y por consiguiente, pesado. Todo estaba bien hasta que llegó la mamá de mi padre y vio ese collar, lo que sucedió después de eso fue "magico". Mi abuela SE ENAMORÓ del collar, inclusive se lo pidió prestado a mi madre, se lo probó y lo tuvo un rato hasta que algo triste tuvo que devolvérselo.
Pasados algunos meses mi abuela se puso muy mal, en unas semanas su salud se había deteriorado muchísimo y estaba desahuciada. Yo, que vivía con ella y con mis tías desde niño me sentía muy mal y en mi desesperación y al sentirme impotente hice lo que para mí no era gran cosa para nadie, pero sé que alegraría en algo a mi abuela, si es que algo a estas alturas la podía alegrar... tomé a escondidas el collar del que hablé al principio, que mi mamá solo utilizaba en ocasiones especiales y se lo llevé a mi abuela.
Ella (que ya estaba bajo los efectos de los sedantes) lo único que hizo fue ver cómo se lo "probaba" sobre su pecho, me miró, sonrió y murió. Decidí entonces que tenía que encontrar la forma en que ella descansara en paz con el collar, sabía que si se lo colgaba al cuello se terminarían dando cuenta ya que los ataudes llevan un vidrio mientras es velado. Por lo que decidí ponerlo en su bolsillo luego de que la vistieran, aproveché un momento de descuido y lo metí en su bolsillo. Así la metieron a la caja, pusieron el vidrio y quedó sellado. Estuve cerca de ella desde que murió hasta que la pusieron en la caja por lo que me aseguré de que el collar se quedara en el bolsillo.
Ahora viene lo raro o tal vez sea solo "misterioso"... hace un par de meses me llamó mi mamá (que vive en USA) para agradecerme por el regalo de cumpleaños que le envié. Al preguntarle qué cosa le había enviado (ya que solo le había mandado una tarjeta electrónica) me dijo lo siguiente:
- Gracias por el collar que había perdido hace tanto tiempo, no sabía que tú lo tenías, y mucho menos que te gustara tanto como dice en la nota.
Para esto yo ya estaba con el corazón a mil por hora, luego le dije que me leyera la nota.
"Te devuelvo esto, sé que es tuyo y te sigue gustando mucho. Feliz cumpleaños."
Yo no sé qué pasó, no sé quién se lo envió pero no fui yo.
¿Quién arrulla al bebé?
Esta historia se suscita en el estado de Querétaro, México, aunque hay versiones en otros estados e incluso en otros países. Yo les contaré la versión que llegó a mis oídos...
Era una joven pareja, Roberto y Maricela recién acababan de contraer nupcias, los dos enamorados y recién casados buscaban donde comprar su vivienda, ya habían visto algunas opciones, pero por falta de presupuesto o cercanía con su lugar de trabajo o algún desperfecto en el lugar, no se convencían por ninguno; hasta que uno de sus vecinos de el lugar donde rentaban por el momento, les comentó de una casa muy cerca de su lugar actual de residencia, la casa era grande, hermosa, de dos pisos, con un gran jardín en el patio trasero, en el que había un hermoso rosal, que pesé al abandono y paso delos años, parecía como si alguien lo cuidase con total esmero.
La casa era de un familiar del vecino que había fallecido un par de años atrás, pero sin dar mas detalles del por que o como, menciono que la había heredado y que planeaba venderla, ¿el precio? Era casi regalado y aparte sumando el descuento que le hizo a la joven pareja por el aprecio generado en el tiempo de vecinos.
Tardo poco para que la pareja se cambiase a su nuevo hogar, en poco tiempo la que fuese una casa abandonada ya lucia como un a gran mansión, todo parecía perfecto, un feliz matrimonio, el acenso de Roberto en su trabajo y Maricela embarazada, todo iba viento en popa, ya habían pasado dos años sin novedad alguna; excepto por algunos comentarios que le hacían sus amigos a la pareja, como el que en ocasiones marcaban por teléfono a su hogar y les contestaba una muchacha con voz muy amable que incluso se ofrecía a dejar el recado, cuando se encontraban con vecinos en la calle, ellos juraban haber visto a una joven mujer asomada por la ventana del segundo nivel de la casa que les sonreía amablemente, que incluso les llegaba a saludar. Era muy raro ya que esa ventana era la del cuarto que tenían previsto para el bebé.
La pareja solo se reía de lo que les contaban, ya que eran muy escépticos y no creían en esas boberías, incluso pensaban en no bautizar al futuro niño.
Pasaron los meses y llegó el nuevo integrante de la familia, Mateo un lindo varón de 3 kilos, no podían estar mas felices.
El niño llegó a su habitación, la cual habían preparado con anterioridad, era toda de azul cielo, con avioncitos dibujados por todas las paredes del cuarto, una bonita cuna y una silla mecedora donde su madre podría alimentarlo y arrullar al niño.
El niño era muy bien portado, casi no lloraba y cuando comenzaba a intentar un berrinche, bastaba con ponerlo en la cuna, para que en cuestión de minutos se callara o quedara dormido o a veces el niño se despertaba llorando y en segundos se callaba, en una ocasión mientras comían y el niño estaba en su cuna, dormido al parecer, comenzaron a escuchar sus risitas y hasta carcajaditas del infante, al subir a ver al niño todo quedó en silencio de repente, pero la silla mecedora se movía sin motivo aparente, tomaron al bebé y lo bajaron con ellos a la mesa sin dar mas importancia a lo sucedido.
El exceso de trabajo de Roberto y el encerramiento de Marisela por cuidar al niño todo el día, comenzaba a pasar la factura a la feliz familia, que comenzaban a tener problemas entre ellos, nada grave, pero con buenos momentos de tensión al principio, las peleas comenzaban a subir de intensidad, y en una ocasión que no paraban de gritarse el uno al otro, y el niño no paraba de llorar ya que lo traía cargando Marisela de un lado a otro, mientras reñían, enojadísima fue a la habitación del bebé a ponerlo en la cuna para salir a pelear de nuevo con Roberto, entere sus gritos dejaron de escuchar el llanto de el niño, fue hasta después de una hora que se dieron cuenta que el niño ya no lloraba y que al contrario había pasado del llanto a las risitas.
Se vieron mutuamente y consternados, fueron al cuarto del bebé, al abrir la puerta se llevarían el susto de sus vidas, al ver que una mujer de apariencia joven flotaba sobre el suelo aparentemente sin pies, cargaba al pequeño niño consolando su llanto mientras volteaba a verlos con molestia. Roberto se acercó corriendo y con miedo para arrebatadle al niño, y salir corriendo del lugar...
La familia al día siguiente fueron por sus cosas y decidieron salir de ahí de inmediato.
Poco después el buen vecino contaría la historia, la joven mujer que se aparecía, era su prima, que igual que Roberto y Marisela se había casado y junto con su esposo habían comprado esa casa, habían tenido a su bebé pero éste había fallecido por la tan letal muerte de cuna (muy común en los recién nacidos), su esposo la dejó al poco tiempo y su único consuelo era cuidar ese rosal como si fuese a su pequeño hijo, poco tiempo después ella se quitaría la vida en el cuarto que fuera de su bebé.
La casa no ha sido habitada desde entonces, el rosal sigue siendo cuidado, y algunos cuentan se puede ver a la joven por las ventanas que se pasea entre los cuartos que dan a la calle.
La Sombra en la Puerta
Detesto que la personas no me crean cuando Cuento algo, y yo se que es verdad; no un sueño, no una mentira, solamente una verdad que nadie cree.
Todos cuando pequeños tienen terrores y miedos. Uno cuando pequeño siempre llama a sus padres cuando se asusta, ellos te conzolan y te duermes o duermes con ellos, pasando todo el miedo que tuviste en ese momento. Y pasada esa noche de terror para ese niño todo se vuelve feliz, su salvación es la luz, el día. Que significa juegos con amigos y diversión. Pasa el tiempo de el adorable día y llega la noche, significado de terror para un niño. Y vuelven a aparecer los miedos, los gritos y el consuelo de sus padres. Pero en esta historia (100% real, dicho anteriormente) no sucede eso ( bueno, solamente escalofríos).
Alrededor de mis 7 años ( teniendo en cuenta lo que significa un fantasma, espíritu, etc.) Sentí los miedos mas grandes de mi infancia. Mis terrores antes no fueron tan grabes como antes y muchos mas diferentes, antes de ese suceso mis terrores eran: No dormir sola, y pesadillas. Pero crecí y pude superarlos, hasta que esa noche llego.
Me acuerdo que yo dormía con una mediana lampara encendida, que alumbraba todo mi pequeño cuarto, esta lampara, rosada y metálica, estaba posada en un velador que estaba situado al lado de mi cama.Mi mamá como siempre lo hacía se fue a despedir de mi,posterior mente mi papá y luego con un grito mi hermano. Luego recé y me quede profundamente dormida.
Sentía incomodidades al dormir donde abrí mis ojos quedando mi mirada en la pared. Mi habitación estaba clara por la luz que salía de mi lampara. Recorrí su cable con mi vista, deteniéndose en una flor de peluche que estaba enredada en el cuello de la lampara. Trate de dormir nuevamente pero no podía dormir, por alguna razón.
Fije finalmente mi vista en la puerta donde algo que no pude distinguir estaba parado en ella. Trate de mirarlo con mas detalles y pude concluir que era una sombra de un hombre. No pude negarlo tuve un poco de miedo, pero recordé algo que me riso recuperar la cordura de la situación. Hace algunos días mi hermano o mi papá estaban molestándome a la hora de dormir. Sobre todo mi hermano ( cuyo nombre era Víctor) que esperaba que me diera vuelta a mirar el piso donde el me esperaba para asustarme.
Sonreí con una mirada que le decía: Esta vez no te ah resultado tu broma tonto. Espere que llegara y se acercara para abrasarme (como siempre lo hacía luego de una broma), pero nunca lo iso, me quede perpleja al acto, pues no se movía, solo veía una sombra oscura, sin rostro, solo una figura de un hombre un poco alto. No resistí mas y le hable.
-Víctor- dije.
-Víctor ven!- dije con una voz moderada para no despertar a nadie. Pero no recibía respuesta alguna. Hasta que trate de otro modo.
-Papá- repetí algunas veces.
-Papi buen chiste- sonreí, pero esta se borró al instante ya que no me respondía.
No lo podía creer. Y mi miedo volvió al instante. Cuanto me hubiera gustado que fuera una broma o solo una visita de mi familia, pero no lo fue.
La duda se agrandaba, pero a la vez temía que esa “cosa” me hiciera algo. Gatee un poco con miedo por mi cama, hasta llegar a la puerta, donde se encontraba la sombra.
Deslice mi mano por la puerta… tratando de tocar esa “cosa” que me daba miedo. Al sentir que no había nada solido donde mi mano había atravesado.. me asuste como nunca antes. Mire hacía arriba, la sombra se había puesto mas negra que antes. Gatee mucho mas rápido de vuelta a mi cama y me tumbe en ella solo fijando mi vista hacía la pared, cerrando mis ojos con tal fuerza que hasta me dolía. Luego de recuperar un poco la calma ( no lo bastante) me pregunté por que no había llamado a mis padres y no había salido corriendo hacía su puerta y tirarme a su cama.
Al día siguiente no les dije nada a ellos, y tampoco en varios meses. Hasta que se los conté y bueno, mi mamá dudo mucho de mi historia, mi papá dijo que era posible pero no le creí ya que nunca volvió a tocar el tema.
Por un largo tiempo no volví a ver esa maldita sombra, aunque pasado alrededor de ese tiempo pude crecer y dormir con la luz apagada. Pero no lo niego, eh vuelto a sentir esa presencia que me causa algunos escalofríos, hasta ahora, pero aunque duermo con la luz apagada puedo ver algo que algunas veces esta observándome, pero me concentro en mi celular para desviarme o cualquier cosa.
Y esto en verdad paso, no comentan el mismo error que yo de atreverme a tocar esa “cosa”. Si no me creen en verdad me vale. Solo quería compartir una de las experiencias de mi vida.
Bueno Adiós, saludos.
No Bajes
Yo dormía en uno de los cuartos de la planta alta, al fondo de un largo pasillo con varios pares de puertas. Era común que me quedara allí jugando por horas con mis muñecas, pues al ser hija única, los juguetes eran mi única compañía.
Una tarde, mientras terminaba de peinar a mi muñeca favorita, escuché la voz de mi mamá, que me llamaba desde la cocina, en la planta baja.
Me levanté de un salto y salí corriendo del cuarto a toda velocidad, pues a mi madre nunca le ha gustado que la hagan esperar demasiado.
Antes de llegar a la escalera, sentí cómo un par de manos me tomaron por debajo de los brazos y me llevaron hacia el interior de una de las habitaciones.
Mi corazón dio un vuelco y la impresión me hizo soltar un grito muy agudo. Un instante después, me di cuenta que el misterioso par de manos pertenecían a mi mamá, que en ese momento, estaba cerrando la puerta con una expresión de terror en su rostro.
Se acercó a mí, y en voz baja me dijo: —No bajes a la cocina…
Yo también lo escuché.