Escrita por Eduardo L.
Mi nombre es Eduardo y vivo en Lima. Tengo 22 años pero todo lo que te contaré me sucedió hace muchos años, cuando tenía 11.
Estaba toda mi familia en el cumpleaños de una tía mía por parte de padre, mi madre lucía un bellísimo collar, carísimo, algo grande y por consiguiente, pesado. Todo estaba bien hasta que llegó la mamá de mi padre y vio ese collar, lo que sucedió después de eso fue "magico". Mi abuela SE ENAMORÓ del collar, inclusive se lo pidió prestado a mi madre, se lo probó y lo tuvo un rato hasta que algo triste tuvo que devolvérselo.
Pasados algunos meses mi abuela se puso muy mal, en unas semanas su salud se había deteriorado muchísimo y estaba desahuciada. Yo, que vivía con ella y con mis tías desde niño me sentía muy mal y en mi desesperación y al sentirme impotente hice lo que para mí no era gran cosa para nadie, pero sé que alegraría en algo a mi abuela, si es que algo a estas alturas la podía alegrar... tomé a escondidas el collar del que hablé al principio, que mi mamá solo utilizaba en ocasiones especiales y se lo llevé a mi abuela.
Ella (que ya estaba bajo los efectos de los sedantes) lo único que hizo fue ver cómo se lo "probaba" sobre su pecho, me miró, sonrió y murió. Decidí entonces que tenía que encontrar la forma en que ella descansara en paz con el collar, sabía que si se lo colgaba al cuello se terminarían dando cuenta ya que los ataudes llevan un vidrio mientras es velado. Por lo que decidí ponerlo en su bolsillo luego de que la vistieran, aproveché un momento de descuido y lo metí en su bolsillo. Así la metieron a la caja, pusieron el vidrio y quedó sellado. Estuve cerca de ella desde que murió hasta que la pusieron en la caja por lo que me aseguré de que el collar se quedara en el bolsillo.
Ahora viene lo raro o tal vez sea solo "misterioso"... hace un par de meses me llamó mi mamá (que vive en USA) para agradecerme por el regalo de cumpleaños que le envié. Al preguntarle qué cosa le había enviado (ya que solo le había mandado una tarjeta electrónica) me dijo lo siguiente:
- Gracias por el collar que había perdido hace tanto tiempo, no sabía que tú lo tenías, y mucho menos que te gustara tanto como dice en la nota.
Para esto yo ya estaba con el corazón a mil por hora, luego le dije que me leyera la nota.
"Te devuelvo esto, sé que es tuyo y te sigue gustando mucho. Feliz cumpleaños."
Yo no sé qué pasó, no sé quién se lo envió pero no fui yo.
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