Escrita por Rossy C.
Quiero contarte una historia que me contó mi esposo. Él es
de Oaxaca pero vive en Chiapas aunque viajaba constantemente con su familia a
su tierra natal.
En una ocasión se dirigían a dicho lugar mi esposo y una tía
de él. Él iba manejando y su tía sentada en el copiloto. Ya entrando a las
curvas de Oaxaca (como a eso de las dos de la mañana), vieron a un niño parado
en la carretera, se quedaron los dos mirando y le preguntó su tía – ¿viste?,
era un niño parado en la carretera ¿verdad? y él le contestó que sí lo había
visto, pero se les hizo extraño porque era demasiado tarde para que el niño
estuviera solo en ese lugar.
Su tía volteó a ver al niño, mi esposo no quería pero su tía
le insistió, miró por el retrovisor y el niño seguía allí parado. Cuando
llegaron a Oaxaca se acostó a dormir porque iba muy cansado, cuando se levantó
su mamá le dijo una cosa inquietante: Su hermano más chico se había levantado
cuando él llegó y decía que se había estado peleando con un niño que estaba
todo lleno de sangre y que se encontraba parado frente a él y que su hermano le decía -¡déjalo dormir!
¿No ves que está cansado?
¿Inquietante, verdad?
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